martes, 2 de noviembre de 2010

mejor no decir su nombre, quizás hoy esté escuchando

Mi alma aun estaba en boxes
Y a ella le pesaban tanto los abrazos que le dieron ninguna noche
Dando un navajazo al tiempo
Tras tomar algunas copas me jugaré un beso en su boca
Pondré bajo llave al miedo
Y comprobaré de nuevo
Que los labios del pecado abren mil veces más puertas
que los besos que no has dado
Ella me hará alunizar a la hora de la siesta
Y yo cambiaré aquellas lunas por canciones como está...



Y quizás no quieran más y comprendan que pedir promesas
Es igual de absurdo que intentar conquistar a una camarera
Y quizás yo dé algo más, todo lo que no he dado otras veces
Puede ser que aprenda a sumar al amor eterno algunos meses.

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