Me he vuelto a enamorar, de su forma de expresar lo que no sé ni cómo empezar a pensar.
Ni guiones, ni títulos, ni asteriscos, ni puntos a parte. Su manera, la única en la que perderse y encontrarse en medio de abismos blancos.
Me queda preguntar, ¿Dónde están los lúcidos de ahora?
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