Voy que ni toco el suelo y espantao hasta las nubes,
no sé si son tus besos o este tripi que me sube.
Llegar a la cama y... ¡joder, que guarrada! sin tí.
Para algunos vivir es galopar
un camino empedrado de horas,
minutos y segundos.
Yo más humilde soy
y sólo quiero que la ola que surge
del último suspiro de un segundo,
me transporte mecido
hasta el siguiente.
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