Después de tres días de continua emoción... ¿queda algo? Me siento en esa nube que sucede a la adrenalina, en la que agradeces lo vivido mientras demandas más y más, porque no quieres que pare, ¿¡cómo vas a querer que pare!?. Pero para, la emoción, el agradecimiento, paras tú y pretendes pararlo todo (eh, un respiro, necesito asimilar tanta sensación), pero el mundo, tu mundo, va a seguir girando. Asúmelo, súbete y gira con él, porque si no, no te dejarás elevar de nuevo hasta esa piel de gallina casi constante.
Respira, recuerda y ViVE.
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