lunes, 21 de marzo de 2011

Yo espero que me invites a tu boda

...

Y si alguien nos encuentra diremos que no, y yo me daré cuenta de que el amor es un fraude y el mundo es tan grande...

Y yo que ayer quise ser ángel y hoy me he vuelto un demonio, que he descubierto que del amor al odio sólo hay un paso de cebra, cruza despierta y ten cuidado que no pase un camión.
Y tú que me escondiste el cielo bajo la alfombra ya no le metes mano a mi sombra y yo duermo siempre en camas separadas con mi corazón.

Y cada vez que respiro se te hincha un pulmón, y yo me escondo en los cuadros de tu habitación, y cada vez que me muero nos entierran a los dos, y si te das por vencida escucha el estribillo que da nombre a esta canción.
¿Qué importa perder o ganar o reír o llorar? Si al final me paso el invierno esperando a que pases a verme y no sé bien si besar o matar o quemarnos vivos en el sofá. Te quiero y te odio, te busco y me escondo.

Estallaron las bolas de cristal y al futuro se le olvido andar y no te has enterado de que esta vida no se puede rebobinar, cuántos cuellos se han roto al mirar atrás, cuánta ropa tendida cayo al mar, y tú en el aeropuerto preguntando ¿salen vuelos a nunca jamás?

Y cada vez que respiro se te hincha un pulmón, y yo me escondo en los cuadros de tu habitación, y cada vez que me muero nos entierran a los dos, y si te das por vencida escucha el estribillo que da nombre a esta canción.
¿Qué importa perder o ganar o reír o llorar? Si al final me paso el invierno esperando a que pases a verme y no sé bien si besar o matar o quemarnos vivos en el sofá. Te quiero y te odio, te busco y me escondo.

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