lunes, 28 de diciembre de 2009
sábado, 26 de diciembre de 2009
viernes, 25 de diciembre de 2009
Para empezar, para seguir, para vivir y descansar.
No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a Ud. correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires
¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los "no"
y descansar: Morir.
[Celaya]
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a Ud. correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires
¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los "no"
y descansar: Morir.
[Celaya]
miércoles, 2 de diciembre de 2009
miss Lunatic
Quiero, de verdad, conocer a miss Lunatic.
Pero por más que cierro los ojos con mucha mucha fuerza ni encuentro la moneda ni empiezo a atisbar su cochecito.
Cuando oscurecía y empezaban a encenderse los letreros luminosos en lo alto de los edificios, se veía pasear por las calles y plazas de Manhattan a una mujer muy vieja, vestida de harapos y cubierta con un sombrero de grandes alas que le tapaba casi enteramente el rostro.
[Caperucita en Manhattan]
Pero por más que cierro los ojos con mucha mucha fuerza ni encuentro la moneda ni empiezo a atisbar su cochecito.
Cuando oscurecía y empezaban a encenderse los letreros luminosos en lo alto de los edificios, se veía pasear por las calles y plazas de Manhattan a una mujer muy vieja, vestida de harapos y cubierta con un sombrero de grandes alas que le tapaba casi enteramente el rostro.
[Caperucita en Manhattan]
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